Safari en Botsuana, el destino ideal para amantes de la fotografía
Botsuana es testigo de uno de los mayores espectáculos naturales del planeta. En un país desértico y desolado, el río Okavango muere en el desierto del Kalahari dando forma al mayor delta interior de la Tierra y a uno de los ecosistemas más singulares y ricos que existen. Literalmente, un gigantesco oasis refugio de una increíble vida salvaje que podrás experimentar de primera mano.PROMOCIÓN: Gana un Viaje + Cámara Reflex + Curso de Fotografía (valorado en 2.000 €)
En esta ocasión hacemos una excursión de un día desde Kasane para explorar uno de los mejores parques nacionales del sur de África: el Chobe. En Botsuana. Vamos allá.
Al salir de la habitación solo unos
pocos rayos de sol despuntaban sobre el horizonte. Un nuevo madrugón
pero nos habíamos levantado con las energías a tope. Era un día especial
en el viaje porque íbamos a hacer un safari por el Parque Nacional de Chobe.
Como no viajábamos con un 4×4 y con un coche normal no se puede circular por el parque, decidimos contratar la excursión de un día entero
en nuestro hotel, que empezaba a las seis de la mañana. Aunque es más
habitual hacer un safari de tres horas por la mañana o por la tarde, y
al día siguiente hacer otro, nosotros preferimos condensar la
experiencia en una única excursión de mañana y tarde. Esta opción no es
muy popular, sobre todo por el precio, así que íbamos totalmente solos
en el coche.
Rápidamente nos dirigimos a la entrada
del parque. Nuestro conductor aparcó un momento y fue corriendo a buscar
los permisos para entrar. Era hora punta en la entrada del parque, ya
que todas la excursiones empiezan a esa hora y todos quieren ser los
primeros.
Mientras entrábamos en el parque nuestro
guía nos preguntó qué tipo de animales nos interesaba ver. Aunque no
somos unos grandes aficionados de la fauna o los safaris, obviamente nos
gustan los animales, porque si no, no habríamos viajado a África.
Me refiero a que no nos obsesionaba ver todos y cada uno de los
animales del parque. Lo único que queríamos era sentarnos cómodamente en
el asiento del coche y dejarnos sorprender por la naturaleza.
La gente que sí se obsesiona anda a la búsqueda de los famosos Big Five (león,
elefante, leopardo, rinoceronte y búfalo), pero a menudo se decepciona
porque los animales tienen voluntad propia y no siempre están donde se
los busca. Como dice un buen amigo, al planificar un viaje es mejor ir a
ver «piedras», porque puedes estar bastante seguro de que estarán allí.
Por el contrario, con la naturaleza es complicado planificar nada
porque ella va a su ritmo.
En el viaje a Uganda y en el safari en el Khama Rhino ya
habíamos visto una gran diversidad de fauna salvaje, pero no habíamos
tenido la suerte de ver de cerca leones o leopardos. Se lo comentamos a
nuestro guía y en ese momento nos respondió que quizás ese día podríamos
estar de suerte, porque unos metros más allá, varios coches de safari
estaban estacionados en un punto. Se acercó hasta donde estaban los
otros coches y nos señaló hacia un arbusto donde había dos leonas
tendidas en la sombra.
Era temprano, pero el sol ya apretaba de
forma implacable. Nuestro guía sacó los prismáticos y nos dijo que las
leonas acababan de cazar y de comer, porque aún tenían sangre en los
morros, y que estaban tan llenas que les costaba incluso respirar.
Mientras todos los turistas que estábamos allí reunidos les disparábamos
sin parar con nuestras cámaras, el guía siguió observando la orilla del
río con los prismáticos. Había buitres sobrevolando la zona y
carroñeros que dejaron sin un atisbo de carne los huesos de la presa de
las leonas.
«Anoche cazaron una cría de elefante, seguramente para dar de comer a sus crías», nos contó el guía.
Y acto seguido, como si el guía tuviera
una bola de cristal, de debajo de un arbusto asomaron dos crías de león.
En ese momento, todo el mundo se puso a hacerles fotos como locos. Sin
embargo, las leonas se cansaron de tanta atención, apartaron a los
cachorros de la vista de todos y más tarde se fueron.
Tras el frenesí causado por las leonas y
los cachorros, fuimos hasta una de las áreas de descanso del parque.
Allí, en medio del parque, había una zona con baños y mesas de picnic
donde se detienen las excursiones a desayunar. El guía nos montó el
desayuno rápidamente: café, fruta y un bizcocho de plátano buenísimo.
Era raro y hasta daba un poco de yu-yu estar allí de pie, comiendo en medio del parque nacional, pero por suerte no se acercó ningún depredador.
Después de desayunar volvimos al coche y
el guía nos llevó a una zona donde a veces se ven leopardos. Por
desgracia, al cabo de casi dos horas no vimos ninguno. De hecho, no
vimos ningún animal. Hacía tanto calor que en esa zona semidesértica no
había ni un bicho a la vista. Incluso el guía se sorprendió.
Cuando se hace un safari en Botsuana,
hay que tener en cuenta que los coches tienen que conducir por los
caminos marcados. No se puede conducir por donde uno quiere, por lo que
solo se ven animales si estos se acercan a los márgenes de la carretera.
El guía nos condujo nuevamente a la zona
de la ribera del río para ver si había más suerte. Se trata de una zona
más verde, con algo de agua, ya que era el principio de la época de
lluvias y los charcos empezaban a abundar. Fue en ese momento cuando
empezamos a darnos cuenta del babyboom que había esos días en el
parque. Con el inicio de las lluvias, muchos animales han dado luz a sus
crías, porque así pueden crecer durante la época de abundancia de agua y
vegetación, y de este modo ser más «mayores» cuando llegue la época de
escasez.
Fue una pasada ver las crías de impala,
elefante, jabalí africano y león, pero a la vez también nos impresionó
ver los restos de los animales devorados. Ver pieles que actúan de
auténticas carcasas de unos huesos sin ni un rastro de carne. En el
parque podemos ver el ciclo de la vida, como unos nacen y otros mueren
para seguir alimentando la cadena.
Estuvimos recorriendo el parque casi hasta las cinco de la tarde y fue una gran experiencia. ¿Es recomendable hacer un safari de día entero en Chobe?
Pues bien, cuantas más horas paséis en el parque, más posibilidades
tendréis de disfrutar de la fauna. Por otro lado, otra opción quizás más
asequible es hacer un safari al amanecer y otro safari al atardecer. Lo que está claro es que si vais a Botsuana no podéis dejar de hacer un safari por el parque nacional de Chobe.
Artículo de diariodeabordoblog.com












